¿Qué es un NFT?
La tecnología blockchain ha dado lugar a todo un nuevo sector. Bitcoin, que fue la primera criptomoneda, se basa en esta cadena de bloques. Sus características permiten que un producto —en el caso de Bitcoin es dinero o medio de pago, pues ese es su propósito— esté descentralizado. Esto se sostiene gracias a una potencia de cálculo distribuida en una red de ordenadores. Nadie está al mando pero todos los nodos contribuyen. Sobre esta base nacieron el resto de criptomonedas y también se han creado los NFTs.
Este tipo de criptoactivo es diferente a las criptomonedas. NFT quiere decir non fungible token, es decir, token no fungible, es decir, tokens que no se pueden intercambiar unos por otros. Se trata de elementos únicos que tienen diferentes características y diferente valor. Se podría decir que son archivos digitales únicos, aunque no es del todo correcto.
La tecnología blockchain ha dado lugar a todo un nuevo sector. Bitcoin, que fue la primera criptomoneda, se basa en esta cadena de bloques. Sus características permiten que un producto —en el caso de Bitcoin es dinero o medio de pago, pues ese es su propósito— esté descentralizado. Esto se sostiene gracias a una potencia de cálculo distribuida en una red de ordenadores. Nadie está al mando pero todos los nodos contribuyen. Sobre esta base nacieron el resto de criptomonedas y también se han creado los NFTs.
Este tipo de criptoactivo es diferente a las criptomonedas. NFT quiere decir non fungible token, es decir, token no fungible, es decir, tokens que no se pueden intercambiar unos por otros. Se trata de elementos únicos que tienen diferentes características y diferente valor. Se podría decir que son archivos digitales únicos, aunque no es del todo correcto.
A lo largo del pasado año estos tokens se popularizaron hasta saltar a la palestra mediática. Tanto es así que el prestigioso diccionario Collins escogió ‘NFT’ como la palabra del año 2021. Eran momentos en que se daban ventas exorbitadas por estas piezas digitales. Pero sus inicios se remontan a unos años atrás.
La primera vez que los NFTs adquirieron auténtica relevancia, al menos en la comunidad cripto, fue con el videojuego CryptoKitties. Este software, basado en blockchain y desarrollado por la compañía canadiense Dapper, permitía comprar, coleccionar, alimentar y también vender gatos virtuales. Era una especie de tamagotchi moderno, pero con una capa económica y de interacción social.
Se estrenó con una versión de prueba en un hackthon de Ethereum, la red en la que se apoya para su funcionamiento, en octubre de 2017. Poco después llegó el lanzamiento oficial y el éxito fue mayúsculo. El 2 de diciembre se vendió uno de estos gatos virtuales por casi 247 ethereums, que en su momento equivalían a 117.712 dólares. Aquel mismo mes, la red Ethereum se congestionó por la actividad que producía CryptoKitties.
Este videojuego es un buen ejemplo para entender estos criptoactivos. Cada gato virtual está representado por un NFT y tiene características diferentes. Los gatos se distinguen por la edad, el color y otros factores que los hacen más o menos raros. Cuanta más rareza tengan, teóricamente más valiosos son, como ocurre con todo coleccionismo.
En marzo de 2021 se produjo un hito en la historia de los NFTs. En plena escalada de los precios de las criptomonedas, la casa de subastas Christie’s vendió una pieza de arte digital en forma de NFT por 69 millones de dólares. Era un collage realizado por el artista Beeple, que hecho fotos, dibujos, ediciones fotográficas, uno diario durante 5.000 días.
Desde que se hicieron populares, estos tokens se han asociado con el mundo del arte. Quizá porque han surgido como una forma de coleccionismo, sobre todo impulsada por la esperanza de que los NFTs adquiridos se conviertan en una inversión a futuro. Esto, por otra parte, es algo que también sucede en el mundo del arte.
(Image: GETTY • EXPRESS NEWSPAPERS)
“Las características que poseen los NFTs facilitan enormemente la representación en formato digital de la propiedad de activos digitales y también físicos. De este modo, cualquier creación de un artista digital puede convertirse en un NFT y ser vendido como cualquier obra de arte”, apunta Muñoz Cabanes.
Sin embargo, no hay que hacer una equivalencia entre los NFTs y los derechos de autor. “Es importante aclarar que la venta de un NFT no elimina la propiedad intelectual de la obra del artista. Del mismo modo que si compramos un cuadro de Dalí, el creador sigue siendo el pintor de Cadaqués aunque lo tengamos colgado en el salón, la compra de un NFT nos confiere su propiedad pero no su autoría”, expone el profesor de la UNED.
Como en otros ámbitos en el mundo cripto, uno de los valores que tienen los NFTs es que eliminan intermediarios. Se automatiza la certificación de que una obra es auténtica y de que quien dice ser su propietario, lo es. “La emisión de NFTs supone una revolución en el mundo del arte y en otros muchos sectores. Permiten eliminar a los intermediarios, conectando a los artistas con el público sin necesidad de que exista un comisionista que cobre una cantidad de la venta de una obra”, señala Muñoz Cabanes.
fuente: https://blogthinkbig.com/que-son-sirven-nfts